domingo, 23 de noviembre de 2008

EL MINISTRO JUAN CARLOS TEDESCO RECIBIO UN BORRADOR DE LA COMISION DE EDUCACION DE DIPUTADOS

Clarín, domingo 23 de noviembre de 2008
http://www.clarin.com/diario/2008/11/23/sociedad/s-01808529.htm

Primeros acuerdos para tratar una nueva ley de Educación Superior
Ratifican la gratuidad de las carreras y establecen la responsabilidad del Estado en el financiamiento.
Por: Juan Pablo Casas

La comisión de Educación de la Cámara de Diputados le entregó al ministro Juan Carlos Tedesco un documento borrador con los distintos puntos de acuerdo para elaborar una Ley de Educación Superior que derogue a la promulgada en 1995 bajo el gobierno de Carlos Menem. El texto presentado esta semana fue consensuado luego de la ronda de debates y reuniones con diferentes sectores universitarios, académicos, sociales, empresariales y sindicales, entre tantos otros.
Esta iniciativa apunta a colocar a la Universidad y a la Educación Superior al servicio de objetivos de crecimiento económico con justicia social", resaltó Tedesco, quien estuvo acompañado por su secretario de Políticas Universitarias, Alberto Dibbern. El ministro destacó el consenso entre los diputados para declarar "a la educación superior un bien público y social no transable", en claro rechazo a la postura de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en sintonía con la expresión de la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) de la Unesco, que reunió en Colombia, en junio pasado, a funcionarios universitarios de América Latina. En el texto también sobresale que los servicios "no pueden ser lucrativos o estar sujetos a la mercantilización", marca que caracteriza a la actual Ley de Educación Superior.
Además de ratificar la gratuidad de las carreras de grado, el borrador remarca la responsabilidad del Estado en el financiamiento de la educación superior y en asumir la planificación del área, siempre respetando la autonomía y autarquía de las casas de estudio. "Estas deben ser ejercidas de manera responsable, primando el interés común y rechazando la autonomía de mercado, pero también el intervencionismo estatal", comentó la diputada Adriana Puiggrós (FpV), presidenta de la comisión de Educación y una de las impulsoras del borrador, del que participaron casi todas las fuerzas políticas (la Coalición Cívica, la triste excepción).
"Fue un acuerdo transversal generado por más de 100 reuniones sectoriales consultando a casi 100 organizaciones sociales y analizando alrededor de 50 documentos académicos y políticos. La comisión se partió en cuatro regiones (Norte, Litoral, Centro y Sur) para tener un alcance nacional. Estos puntos de consenso resultan el marco para debatir la futura ley de Educación", detalló Puiggrós.
Entre otros aspectos, el texto también pretende jerarquizar a los institutos no universitarios, facilitar la movilidad de estudiantes entre casas de estudio y sistemas de otros países del Mercosur, fomentar la permanencia y graduación de los estudiantes y garantizar el bienestar estudiantil, a través del incremento de becas, la apertura de comedores y albergues, y la creación de un sistema de salud.
Diez proyectos en danza
En la Cámara de Diputados existen 10 proyectos distintos de Ley de Educación Superior. En tanto, en el Senado, se presentaron otros tres. En marzo, el Gobierno elevará su propio proyecto para que sea debatido y discutido en ambos recintos. La táctica del oficialismo será llegar a la votación con el mayor consenso y grado de acuerdo posible. Es que 2009 será un año electoral y no quieren que un tema tan sensible como una ley de educación provoque la apertura de frentes opositores que dañen la imagen del Gobierno. Si el contexto es negativo, en el Ministerio resguardarán el proyecto hasta que lo crean conveniente.

martes, 18 de noviembre de 2008

LAMENTABLES COINCIDENCIAS

OPINIÓN
Publicado en Página/12, 18 de noviembre de 2008

Resulta lamentable comprobar que la adhesión a la democracia que parecía haber hecho carne en algunos sectores de la Iglesia sea abandonada ni más ni menos que en una de sus más preciadas actividades cual es la educación. La excelente nota de Nora Veiras “Un cruzado de Ratzinger” (en PáginaI12 del domingo) saca finalmente a la luz que la corriente de pensamiento más reaccionaria que existe en el país actúa en diversos niveles del sistema educativo nacional y vincula intereses económicos con convicciones profundas y posiciones de poder.
El nombramiento del arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, como presidente de la Comisión de Educación del Episcopado, es una acción que se aleja dramáticamente del “Diálogo Social” que encabezó la Iglesia el 14 de enero de 2002, bajo la influencia de prelados como monseñor Estanislao Karlic que sostuvo ese mismo día desde la Iglesia de Santa Catalina de Siena que “dialogar no es claudicar”.
En cambio, el flamante ministro de Educación de la Iglesia Católica integra las huestes de Esteban Caselli, conductor político en la Argentina de la línea ultraconservadora dominante en el Vaticano, y ex embajador de Menem en la capital del catolicismo. El nombramiento de Aguer se vincula con el lanzamiento de la estrategia para la represión del delito por parte del gobierno bonaerense, diseñada por su ministro de Justicia, Ricardo Blas Casal. Coherente con su carrera de funcionario del sistema penitenciario, Casal ha declarado que la Argentina necesita un régimen como el de Inglaterra, donde la imputabilidad termina a los 7 años. “No hay lugares de contención que alcancen pero se están construyendo. Por ejemplo, en el sistema penitenciario estamos construyendo veinte pabellones de máxima seguridad”, declaró (Radio Uno y noticias MDQ, 24 de octubre 2008). El ministro no proyecta reformar el sistema de protección de acuerdo con la Ley Nacional 26.061 “De protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes” y las leyes provinciales 13.298 “De la Promoción y Protección Integral de los Derechos de los Niños” y sus complementarias 13.634 y 13.645, ni de la Convención de los Derechos del Niño que en el país cobró jerarquía constitucional con su incorporación en la reforma de la Constitución Nacional del año 1994, ni del Sistema de Promoción y Protección de los Derechos del Niño cuyo órgano de aplicación es el Ministerio de Desarrollo Humano, ni el Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil (Ley Provincial 13.634/07). Desconoce que en octubre de 2005 el Estado argentino firmó la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes que abarca a las personas entre 15 y 24 años, reconociendo a “los jóvenes como sujetos de derechos, actores estratégicos del desarrollo y personas capaces de ejercer responsablemente los derechos y libertades” (CDJ, 2005).
Esa legislación hace hincapié en la producción de condiciones adecuadas para la educación, la salud, la recreación, la vida familiar y social de los niños y los adolescentes, no así en encerrarlos en pabellones de máxima peligrosidad desde los siete años, idea que rima con la campaña que Aguer lleva adelante en contra de la Ley de Educación de la Provincia de Buenos Aires, que se aprobara durante nuestra gestión en 2007. Aguer está especialmente obsesionado con la materia “Construcción de Ciudadanía”, introducida por nosotros como parte de la reforma de la escuela secundaria. Ha manifestado que la reforma realizada por nuestra gestión es un cambio de lenguaje educativo, de inspiración “neomarxista”, “psicoanalítica” y “gramsciana, todo lo cual tendría su origen en las derrotas de la razón” y la fe en manos de las “tinieblas” “de la Ilustración” (AICA documentos, 16/11/08). Aguer es un hombre culto de firmes convicciones que no duda en usar combativamente. En la IV Exposición del Libro Católico que auspició en 2002 en el Pasaje Dardo Rocha, de La Plata, ubicó como protagonista principal la novela El KahalOro, escrita por el antisemita Gustavo Martínez Zuviría durante la Década Infame. La exhibición reciente provocó el repudio de la comunidad judía, de la AMIA y del Concejo Deliberante local. Valga como ejemplo que el autor dice que “el odio a las doctrinas de la Sinagoga, que persigue la destrucción de la Iglesia Romana... es auténticamente católico”.
Las convicciones de Aguer son antagónicas con una pedagogía democrática que pretendió planificar una escuela secundaria inclusiva, respetuosa de las diferencias étnicas, religiosas, sexuales, ideológicas, que se propuso promover, con la ley atacada por Aguer, relaciones dialógicas e igualitarias entre personas y grupos que participan de universos culturales diferentes, trabajando los conflictos inherentes a esta realidad. En el instructivo para docentes de “Construcción de Ciudadanía” se propone la enseñanza de “derechos vinculados con la sexualidad” (...) “excluyendo todas las formas de coerción sexual, explotación y abuso en cualquier tiempo y situaciones de la vida” (todas las) “formas de discriminación, independientemente del sexo, género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o invalidez física o de otro tipo”.
Cuando publicamos el mencionado instructivo, Aguer nos acusó de querer imponer “el libro único”, con las mismas palabras que lo hacía Gregorio Badeni, el abogado de Luis Patti que actuó como letrado de personeros de los intereses editoriales, contra los concursos y licitaciones públicas convocados por el gobierno de la provincia, para producir los cuatro millones de libros de textos de las materias de la secundaria, que repartió gratuitamente en los años 2006 y 2007.
Atacar una política que garantiza una pluralidad de libros gratuitos a todos los alumnos, repeler la consideración de los adolescentes como sujetos de derecho, la educación sexual y prohijar el antisemitismo sólo puede desembocar en cambios curriculares que degradan la educación, que dificultan la inclusión y requieren encerrar a los niños y los adolescentes en siniestros pabellones donde en lugar de encontrar protección se encuentran a merced de las más crueles prácticas antisociales.
* Diputada nacional, FpV, provincia de Buenos Aires. Presidenta de la Comisión de Educación de la HCDN.
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jueves, 23 de octubre de 2008

ANTE LA CRISIS MUNDIAL DEBEMOS SEGUIR CUIDANDO A LA SOCIEDAD

Publicado en el diario El Argentino, lunes 20 de octubre de 2008

Por Adriana Puiggrós *

El mundo financiero está viviendo una debacle que es producto de intereses económicos, pero se apoya en suposiciones seudocientíficas que han llegado a penetrar profundamente en la cultura contemporánea. La falsedad de muchas de esas creencias viene siendo demostrada hace rato. Es a toda luz falsa que el mercado absolutamente libre y desregulado alcance por sí mismo algún equilibrio coherente con la justa distribución de la riqueza, o que esta última, acumulada en la cúspide de la pirámide se derrame hacia la sociedad.
Quienes estudian los avatares del neoliberalismo han señalado que este modelo de organización tuvo hasta ahora dos etapas que denominaron de primera y de segunda generación. Una brutalmente enfrentada al Estado, privatizadora a ultranza, productora de desempleo y miseria, y otra surgida ante las consecuencias incontrolables de la aplicación del modelo neoliberal, consistente en programas sociales focalizados en los grupos potencialmente más preocupantes para el sustento del sistema. El propio sistema salvaje nacido de la primera generación del neoliberalismo intentó maquillar la miseria, sin permitir que los afectados Estados -en particular los de los países periféricos- recuperaran su potencialidad. Ahora quedó claro que hasta los más liberales terminan recurriendo a la ayuda del Estado. En Estados Unidos, en Europa y acá.
Empero, deberíamos estar alertas ante las nuevas maneras de reorganizarse del gran capital internacional que cuenta, sin duda, con cuantiosos recursos materiales y simbólicos para imponer a nuestras sociedades renovadas formas de subordinación. Mientras el Congreso de los Estados Unidos aprobó una de las medidas intervencionistas del Estado más importantes de su historia, en universidades y centros académicos se estudian medidas de contención social que forman parte de lo que podríamos denominar neoliberalismo de tercera generación.
En ese contexto se potencia el valor de las medidas que toma el Gobierno argentino tendientes a fortalecer las reservas, mejorar el sistema de recaudación y distribución y afianzar los vínculos en el MERCOSUR y con el resto de América Latina. Hay que seguir cuidando a la sociedad, garantizando que continúe la mejora del empleo, de la situación provisional (la movilidad jubilatoria recién sancionada y los aumentos que se han registrado durante los últimos años son una muestra), sumando a la aún escasa, pero constante, mejora del presupuesto educativo y a la gestión de acuerdos de largo plazo con los docentes. Son muchas las medidas que se están tomando y muchas las que se pueden tomar para enfrentar el clima cultural que permite la penetración de la mentalidad neoliberal.


Educar a la democracia

Por Adriana Puiggrós
Publicado en Revista Caras y Caretas, nro. 2227, octubre de 2008

Este último cuarto de siglo estuvo signado por cierto pragmatismo que no siempre le facilitó las cosas a la democracia. La tarea, en todo caso, es bregar por la emancipación del pensamiento.

Cuán dañado habrá quedado el tejido social, político y cultural de la sociedad argentina después de la dictadura, y del hecho de la reiteración de las dictaduras, que aún no nos alcanzan las fuerzas o la imaginación o los saberes o la confianza, para dedicar esfuerzos a la concepción de metas de mediano y largo plazo y a la planificación de estrategias que nos encaminen hacia ellas.
Es cierto que después de cada dictadura hubo políticas restituyentes y que el peronismo de Perón construyó el Estado responsable (quitemos los adjetivos descalificantes que suelen usarse) basado en la justicia social, la soberanía política y la independencia económica. Pero alguna idea mesiánica, cierto mesianismo aplicado a la vida política, y a la solución de las situaciones complejas del transcurrir social, forma parte de la cultura argentina, y a él se recurrió cada vez que, en el marco de gobiernos profundamente o relativamente justos y/o democráticos aparecieron dificultades.
La preferencia por la delegación de responsabilidades por parte de la llamada "sociedad civil" fue un factor estimulante de su depósito en manos de las Fuerzas Armadas. El diálogo, la búsqueda del consenso, el otorgar prioridad a los acuerdos sobre los intereses sectoriales, han tenido escaso lugar en nuestra sociedad.
Si hiciéramos un poco de memoria histórica probablemente se llegaría a la conclusión de que algo ocurrió desde los lejanos orígenes portuarios plagados de individuos tuertos con guinche en el lugar del antebrazo. TambiénSe advertiría con estupor que la legendaria riqueza del campo argentino, ese“donde tirás una semilla y crece una vaca sin que tengas que pagar el salario de casi ningún trabajador”, venía cargada de sinsabores.
La extensión, la baja población y la ficción de la movilidad social mediante la pura educación, ayudaron a concebir una cultura poco afectada por aquellos principios que supieron sostener los viejos socialistas y que recogió el peronismo originario: el trabajo productivo, el ahorro y la solidaridad social.
El devenir de la constitucionalidad desde 1983 merece al menos un examen detenido a la luz de las dificultades que tiene para proporcionarle al país rieles consistentes, extendidos en el tiempo, arraigados en las profundidades de la trama social, para que su crecimiento no sólo sea sustentable sino un movimiento de permanente ampliación de las fronteras sociales, dirigido por políticas de redistribución del ingreso y de la riqueza que cambien estructuralmente las relaciones sociales y productivas de este país.
No debemos confundirnos y desconocer la histórica frontera que separa la dictadura de la democracia constitucional. Pero la manera en cómo hemosadministrado esta democracia tiene debilidades que resulta indispensable asumir y combatir. Entre otras, quiero señalar la doble cara de una fragilidad. Por una parte, la sociedad tiene dificultades para sostener comportamientos y pensamientos sistemáticos y sistémicos.
No resulta extraño como reacción ante el autoritarismo de Estado, que monopoliza los sistemas, y las políticas neoliberales que los destartalan (entre ello, los sistemas de administración gubernamental, de salud, previsional, de transportes, de educación, de organización familiar y de pensamiento). Por otro lado (aclarando que está lejos de mi intención reivindicar realismos socialistas o ataduras del arte, la filosofía, el psicoanálisis, la ciencia política, ni siquiera de las ciencias físicas y naturales) preocupa que la creatividad se haya tornado tan caótica, dispersa, desarticulada. Y no estoy bregando por aprisionar el pensamiento, sino por su emancipación.
En pos de la emancipación del pensamiento de nuestra sociedad, a la sociología que reina no le vamos a pedir nada más porque sigue encandiladareproduciendo articulaciones mecánicas. Con la pedagogía mejor es tener cuidado (ay! tan realista siempre ella). Y respecto a las tecnologías que a falta de entusiasmos ideológicos y políticos quedan empantanadas en el mercado, hay que revincularlas a la ciencia y orientarlas desde la política.
Hemos pasado 25 años de vida constitucional dominados por creencias antinstitucionales que confundieron institucionalidad con autoritarismo, compromiso con imposición, responsabilidad con tributo. El rechazo a ser obligados a causa de las heridas dejadas por la dictadura reciente, contribuyó a dejar las barreras abiertas al despojo que producía la avalancha neoliberal.
El pragmatismo que inundó oficinas y cerebros ha hecho perder muchos instantes de este período democrático que los sectores progresistas, nacionalista, populares, democráticos, deberíamos haber usado para gestar pactos generosos, re-fundar instituciones, compartir nuevos símbolos y maneras de encarar dramáticos problemas sociales y tratar de confluir en algún espectro de maneras de ver la vida. La democracia constitucional está firme. Aún se abren ante nosotros aquellas posibilidades.