UN BLOQUE PARA LA VICTORIA

Opinión
Por Adriana Puiggrós

Desde la dudosa derrota de Lázaro Cárdenas en 1988, las elecciones han mostrado en México una sociedad partida en dos, así como las dificultades del PRD para alcanzar el voto que rebase la mitad, dado un sistema que exige alcanzar la mayoría absoluta en una sola vuelta electoral. Chavez perdió el reféndum por un escaso porcentaje; Morales, Correa y Ortega pelean cuerpo a cuerpo contra bloques conservadores. Aunque su política han sido más conciliadora, Bachelet enfrenta una fuerte oposición, en tanto Lula es el único que mantiene una aceptación mayor del 50%.
La reducida brecha que deben superar las fuerzas nacionalistas, populares y democráticas de América Latina contiene cuantiosas dificultades. Cada caso tiene particularidades. En la Argentina la partida más importante no se dirime tan solo en una interna del Partido Justicialista sino que, haciendo centro en esa histórica fuerza política, intervienen en el juego socios que tensan hacia el espectro neoliberal o hacia el nacionalismo popular democrático.
Como ha demostrado la reciente confrontación legislativa, no existe una esencia peronista sino que el peronismo alberga un espectro de identidades políticas que se construyen, deshacen y reconstruyen a partir de alianzas entre sectores políticos y sociales: eso es lo que expresa la famosa frase de Perón “peronistas…somos todos”. Por eso, Perón siempre fue las elección con un PJ aliado a otras fuerzas que si no aportaban masas proporcionaban significados políticos que ampliaban la identidad volviéndola electoralmente potente.
Alrededor de 20 (el 20%) de los 129 votos positivos emitidos en la Cámara de Diputados a favor de las retenciones móviles provinieron del centroizquierda del FpV, formado por el partido Frente Grande, el Partido Intransigente, un sector del Partido Socialista, varias agrupaciones y compañeros independientes, y de las organizaciones sociales Frente Transversal y Libres del Sur. En el Senado, donde quedó demostrado que los votos se cuentan de a uno, la senadora por Río Negro del Frente Grande- FpV María José Bongiorno votó positivamente. El centroizquierda del FpV expresa también a filas no eventuales sino de la propia sangre del PJ, a organizaciones empresariales y sindicales, a profesionales e intelectuales y se emparenta con el inédito fenómeno político “Carta Abierta”. Cada ladrillo de una construcción basada en la justicia social, la independencia económica, la soberanía política y los derechos humanos, como la que dirigen desde sus distintos roles Néstor Kirchner y la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, requiere de la consolidación de un bloque hegemónico del mismo signo, entendiendo por tal la articulación de sectores distintos, que comparten lo fundamental de una manera de hacer política y que arraigan su accionar con los intereses de los trabajadores organizados, de los que han quedado en los márgenes de la sociedad, de la clase media trabajadora y empresarial, de los profesionales e intelectuales. Ni siquiera la Provincia de Buenos Aires está exenta de la necesidad de una cultura política democrática para triunfar sobre los intereses de las minorías enriquecidas.

Art. publicado en Diario Diagonales
La Plata, martes 29 de julio de 2008